Objetivo: que el caballo toque con la nariz un objeto

Normalmente introducimos a un caballo al método clicker presentándole un objeto delante de su cabeza. Por curiosidad, casi la totalidad de caballos lo olerá. En el momento en que su nariz lo toca, hacemos clic y premiamos. En este momento el caballo no relaciona las tres cosas, pero aquí es donde entra el principio básico del entrenamiento con el clicker: el condicionamiento operante, según el cual:

“Un individuo tiene más probabilidades de repetir comportamientos que tengan consecuencias positivas y, a su vez, tiene menos probabilidades de repetir comportamientos que tengan consecuencias negativas”.

Es decir, que si presentamos el objeto de nuevo, tenemos más probabilidades de que repita la acción anterior, la que premiamos. Y esto es lo que sucede, volvemos a presentar el objeto y el caballo, medio por curiosidad, medio por el recuerdo positivo, vuelve a tocarlo. De nuevo, “clic” y premiamos. A medida que repetimos esta secuencia, hacemos más sólido el comportamiento.

De entrada, como tenemos comida en nuestros bolsillos, practicaremos estos ejercicios detrás de una valla o dentro de un box. De manera que tengamos una barrera separadora entre el caballo y nosotros si se excita demasiado con la comida, algo muy frecuente en los caballos “novatos”, y podamos dar un paso atrás para estar fuera de su alcance. Recuerda: queremos que sea una experiencia positiva, tanto para el caballo como para el dueño, de forma que se lo pondremos fácil para que tenga éxito.

¿Qué aplicaciones tiene?

Utilizaremos esta habilidad para construir numerosos comportamientos y será una de las que más  utilicemos. Por ejemplo, para que el caballo suelto de un paso adelante, para que toque objetos que le asustan, para subir a un remolque, para que pise sobre superficies extrañas, etc.

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